Según un informe realizado por Operación Sonrisas, 1 de cada 500 niños ecuatorianos nace con labio y paladar fisurados, una malformación congénita antes conocida como labio leporino y paladar hendido. La Universidad Católica de Cuenca, desde su Jefatura de Vinculación con la sociedad, creó y lleva a cabo desde hace aproximadamente tres años el proyecto de la Clínica de Labio y Paladar Fisurado, un trabajo en conjunto con el Club Rotario de la ciudad.
Este proyecto tiene la finalidad de tratar y rehabilitar a niños que han nacido con esta patología, desde los tres meses de edad hasta los dieciocho años. En este proceso se realiza un trabajo multidisciplinario con un equipo de aproximadamente 12 personas entre anestesiólogos, cirujanos, odontólogos, odontopediatras, ortodoncistas, terapistas de lenguaje, nutricionistas, psicólogos y fonoaudiólogos, que se encargan de brindar una atención integral al paciente, quien recibe todas estas bondades de manera absolutamente gratuita.
Actualmente, el Hospital Católico Universitario destina una semana cada mes para realizar los procedimientos quirúrgicos a los niños con esta condición, por ejemplo, solamente en la semana del lunes 21 al viernes 25 de marzo, este equipo ha realizado un labio primario, un paladar primario, un paladar posterior primario, dos cierres de fístulas y la colocación de un injerto óseo.
Santiago Reinoso, subdecano de la Unidad Académica de Salud y Bienestar y coordinador del proyecto de la clínica de labio y paladar fisurado manifiesta que con este proyecto también se pretende que los estudiantes de la carrera de Odontología y de Medicina aprendan cómo es el manejo de estos niños, desde cómo se lleva el caso, cómo se maneja cada uno y los procedimientos que se hacen, siendo esto de gran utilidad para el crecimiento personal y profesional de los alumnos.
“El Club Rotario nos ha donado un total de 70.000 dólares en equipos odontológicos para que se puedan tratar a estos niños, entonces el costo del programa y del proyecto están completamente cubiertos. El único requisito para entrar en el proyecto es ser un paciente con labio y paladar fisurado, se les hace un análisis y se les pide que continúen el tratamiento con nosotros para poder realizar posteriormente un seguimiento a lo largo del tiempo.”
Por otro lado, nuestra institución acoge cada mes a estudiantes de la Universidad de San Francisco de Quito para que aprendan sobre el manejo de este proyecto y puedan llevar la información y aplicarla en su ciudad. Adrián Cueva, residente de cuarto año de Cirugía Oral y Maxilofacial de la Universidad de San Francisco de Quito nos comenta:
“Este tipo de proyectos requieren mucho compromiso, pero a la vez es muy satisfactorio participar en este tipo de actividades, ya que nos permite ayudar a todos estos pacientes. Es totalmente recomendado, solo requiere de compromiso, de mucha actitud de parte de cada uno de nosotros, pero la satisfacción que nos llevamos es muchísimo mayor de lo que realmente podemos apreciar por fuera.”
Extendemos una invitación a todos los estudiantes que deseen descargar sus horas de vinculación con la sociedad aportando a este proyecto, para que se acerquen a la carrera de Odontología al departamento de Vinculación y lo pueden hacer. (DM).
